En muchas ocasiones nuestra manera de dirigir a nuestros colaboradores o bien organizar los proyectos que conducimos son desde la posicion de gestores o administradores, es decir, buscamos asegurar que se consigan los resultados empujando y logrando que las personas realicen las cosas correctamente.
Hoy en día, existen diversas metodologías para la solución de problemas, cada una de ellas ofreciendo importantes ventajas así como herramientas estadísticas y de análisis que permiten aproximarte a soluciones confiables y robustas.
Sin embargo, ante la variedad de tantas ofertas disponibles, como Six Sigma, Red X, Análisis Causa Raíz (ACR) , 8 Disciplinas (8Ds) , 5 Porqués, las 7 Herramientas de Calidad, Detección Analítica de Fallas (DAF), etc …….. Surgen un par de preguntas importantes:
¿Cuál es la mejor? o ¿Cuál debo de establecer en mi organización como nuestra mejor practica?
Bien, nuestra propuesta es que antes de utilizar alguna metodología es necesario identificar el tipo de problema que estas enfrentando.
Y clasificamos los tipos de problemas en dos:
- Problemas Esporádicos, es decir que son fácil de identificar y que sucedieron por la variación de una causa especial y asignable.
- Problemas Crónicos, que son difíciles de resolver debido a que las causas del problema son de variación común, no es tan fácil de identificar y probablemente haya una serie de problemas conjuntos.
Una vez que se identificada la naturaleza del problema de acuerdo a su frecuencia y complejidad es momento de seleccionar la metodología más adecuada que puede ayudarte a darle solución a tu problema.
De tal manera, que cuando se traten de problemas esporádicos con las 7 herramientas de calidad y un 5 porqués es más que suficiente.
Sin embargo, si tienes un problema crónico con el cual llevas conviviendo ya tiempo, entonces habrá que echar mano de metodologías con una carga estadística importante como Six Sigma, o si se trata de involucrar a un grupo multidisciplinario armar un 8 Disciplinas puede ayudar o bien finalmente si el tema es más sobre la confiabilidad de la maquinaria y los activos un Análisis Causa Raíz (ACR) o la detección analítica de fallas (DAF) pueden ofrecerte el mejor camino o ruta a seguir.
Recuerda, esta frase de Aristóteles… “No se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho”.