Las bondades de un fracaso para el aprendizaje
Es difícil hablar del fracaso. Incluso entre colegas sigue siendo un tema que prefiere no abordarse, principalmente porque seguimos relacionándolo con sentimientos como la vergüenza o la culpa.
Hasta hace unos años, en las universidades y escuelas de negocios era igual. Se formaban estudiantes con la mira en un solo escenario, el del éxito. Sin embargo, cada vez son más las voces que señalan al fracaso como una parada ineludible en el camino de la creación y la innovación.
Definitivamente no conozco a ningún empresario que aspire al fracaso cuando impulsa una nueva idea; sin embargo, puedo asegurar que todos ellos y sus equipos han tenido que lidiar al menos una vez en su carrera con ello.
“Quienes finalmente alcanzan el éxito son aquellos que saben reconocer las oportunidades en medio de los tropiezos y aprender de ellos.”
El paso primordial para cambiar nuestra percepción del fracaso es entender que no se trata de una falla, sino de una característica inherente al proceso de aprendizaje o creación; es decir, cuando uno pone en marcha una idea innovadoras, las probabilidades de fracasar son altísimas, pero tomar el riesgo será la única manera de comprobar lo que hasta el momento solo son hipótesis. Es importante estar conscientes de que existe la posibilidad de fracaso, eso nos ayudará a amortiguar los tropiezos y a entenderlos como una estación de camino al éxito que debemos tomar con creatividad, inteligencia y tenacidad, no como una derrota final.
¿Te atreves a dar un paso hacia la innovación o prefieres quedarte donde estás por miedo al fracaso mientras el mundo avanza sin ti? No tengas miedo a fallar, aprende a fallar correctamente, reduce tu curva de aprendizaje y prepárate para encontrar el éxito.
Mario Rizo Rivas